Desde la Dirección de Prensa se emitió un comunicado en el que llama a la población a hacer un uso racional del agua durante el período estival, cuando aumenta la demanda del recurso, sumado a la escases debido a las últimas sequías. La pregunta que surge de inmediato es ¿quién controla a los sistemas de riego artificial en los campos que utilizan millones de litros del vital elemento?
“Con las altas temperaturas, es necesario que hagamos un uso aún más responsable del agua”, comienza el parte enviado por Prensa Comunal. “El sistema de agua no es solamente las bombas, la red o los tanques funcionando”, continúa y agrega “el sistema somos todos los vecinos, utilizando el recurso de una manera responsable y solidaria”.
“Estamos en una ola de calor, evitemos baldear la vereda, lavar el auto, regar las plantas (las cuales se van a morir si no se les echa agua) y mojar la calle”, sostiene la esquela municipal.
El riego artificial
La agricultura de regadío consiste en el suministro artificial de agua a los cultivos a través de diversos métodos o sistemas de riego con el fin de cubrir las necesidades hídricas de estos que no son cubiertas por la precipitación, o para incrementar la producción agrícola transformando las zonas de secano (tierra de labor que no tiene riego, y solo participa del agua llovediza).
Actualmente existen diferentes sistemas de riego recomendables para cada región y/o cultivo, algunos de ellos son: riego por goteo, por aspersión, por bombeo y por gravedad, entre otros. La utilización de estos sistemas hace que las napas se depriman y entreguen poca agua a la población.
El impacto medioambiental del riego son los cambios en la cantidad y calidad del suelo y el agua como resultado del riego y los efectos subsiguientes sobre las condiciones naturales y sociales en las cuencas fluviales y aguas abajo de un regadío (terreno de cultivo que es regado).
Es solidario también pedir a quienes utilicen estos sistemas que disminuyan la explotación del recurso hídrico para que la población no sufra la escases de agua. El llamado debe ser a toda la sociedad, los que usufructúan los riegos, también.