La Cooperativa de Trabajo La Teodora Ltda. de Almirante Brown fue, desde sus inicios, un emprendimiento familiar que hoy abraza a varias familias que viven de la producción de calzado y marroquinería.
La apuesta por generar un ámbito laboral dentro de la estructura de la economía social fue impulsada por Martín Estrada, quien en 2007 se quedó sin trabajo, y en 2015 creó la marca La Teodora, en honor a su madre y su padre.
“Empezó como un emprendimiento personal que fue creciendo, y se transformó en una Cooperativa de Trabajo al ver la necesidad de compañeros en los talleres. Nos sirvió de impulso para organizarnos y apuntar más arriba. Con un grupo de personas excelentes, familias comprometidas con la economía social”, contó.
En esa línea, explicó: “Producimos calzado, marroquinería. Nos está yendo bastante bien. A veces nos tenemos que reinventar, somos una de las cadenas más afectadas en esta transición que estamos teniendo, pero está bueno porque pudimos encontrar una veta por el lado del reciclado”.
Nuevos horizontes
La Teodora trabaja en articulación con otras cooperativas del sector a las que les deriva trabajo, y también se mantiene en contacto con otras. Estrada afirmó que “formamos una familia hermosa cooperativa”.
En 2018, junto a otras empresas de la economía social, comenzaron a organizar la Federación que se constituyó en 2020. “Tuvimos el apoyo del municipio que nos cedió cuatro hectáreas en San Francisco Solano, y ahí estamos armando tres naves, un galpón textil, un galpón de construcción, uno de reciclado donde están las cooperativas de cartoneros. Ahora estamos armando una fábrica de bolsas de plástico. Todo eso se logró con la unión de varias cooperativas y ayuda del Estado”, puntualizó el referente.
En el ámbito privado, principalmente venden al sector de bodegas, realizando delantales y estuches de vino. Sin embargo, ante la disminución de demanda por la crisis económica actual, generaron nuevos convenios.
“Empezamos a trabajar con cooperativas que recuperan material. A usar bolsas de alimentos de mascotas, tapizados de autos para hacer bolsos y carteras, y encontramos esta veta donde empezamos a ver posibilidades. Hace unas semanas volvimos de Catamarca, donde empezamos a capacitar compañeros de una comunidad diaguita que hacen cuero orgánico”, expuso.
El convenio consistió en brindar las capacitaciones, y recibir cueros orgánicos, que no contaminan la tierra, para la elaboración de una línea nueva.