El terraplén del ferrocarril, cuando la ciudad se desarrolla a ambos lados, supone una barrera arquitectónica y urbanística para quienes habitan los espacios.
Esa división también genera segregación, discriminación y formas de vida diferentes. En Rojas, el Estado Municipal tiene en proyectos intervenciones en esa barrera que une la Ruta Nacional 188 y la Ruta Provincial 45, dos trazas de acceso a la ciudad cabecera del distrito.
La Directora de Planeamiento, arquitecta Verónica Romero, habló al respecto y dijo “estamos armando algo con respecto al terraplén porque hay una decisión de contar con un circuito que contemple no solo al terraplén, sino como una unificación de la vía porque su parte superior está en desuso; pero hay un tema legal con ferrocarriles porque no es tan fácil ocuparla y sucede que cuando hay desuso pasa todo esto de la barrera social, hay algo que no se ve y es anegable como el asentamiento que hay detrás de la vía, con lo cual el espacio en desuso genera que se ocupe en mal forma, porque son terrenos anegables y no se pueden usar”.
La funcionaria dijo también “la idea general es que la vía, de punta a punta, es decir de la Ruta 188 a la 45 sea transitable peatonalmente, unificando uno y otro lado con una intervención; puede ser de un montón de formas, dado que la gente ya lo usa de modo informal, por arriba y por abajo; aunque hay que decir que Ferrocarriles Argentinos no permite hacer intervenciones por abajo (del terraplén) porque consideran que en algún momento esa vía va a ser reutilizada, pero para que ello ocurra hay que cambiar durmientes, tramos de vías, ya que está tapada, ocupada”.
Romero expresó que “estamos analizando la opción de hacer un parque lineal en altura que esté conectado en algunas pasantes que no tengan tanta altura, con infraestructura, luminarias y algún acceso peatonal por debajo de la vía, pero no vehicular, dado que requiere de otros costos” y agregó “hay que tener en cuenta que de un lado tenemos la Pista de la Salud, un espacio que la gente se apropió y es una identidad muy fuerte en Rojas, por ese motivo que no se puede hacer una intervención vehicular”.
El terraplén no se baja, no desaparece, se intervendría en ciertos sectores. “No nos van a autorizar jamás en la vida bajar el terraplén”, indicó Romero y añadió sobre las familias que viven hacinadas en el asentamiento “estamos haciendo un estudio y un relevamiento del sector y lo que allí sucede, porque dejar que las familias vivan en un lugar anegable no está bien y por eso estamos tramitando la locación donde puedan establecerse, que no sea anegable y puedan vivir de una mejor manera”.
“El objetivo es que ese asentamiento no exista y para ello estamos trabajando en un proyecto. Para que sea aprobado, se tienen que cumplir un montón de cosas, se está haciendo un censo detallado de las familias en conjunto con el área de Acción Social, hemos ido varias veces a campo y cada vez que vamos hay una familia nueva semana a semana; la idea es que en ese lugar no viva nadie porque es anegable y hoy están perdiendo todo”. (N. de la R: el 23 de octubre de 2024, al momento de la entrevista, en Rojas llovía intensamente, registrándose más de 80 mm de lluvia).
La funcionaria comentó que, una vez resuelta la situación de las 17 familias que allí se encuentran, el lugar se intervendrá y se convertirá en espacio público, con un bañado, lugar de reserva de agua.
Según el censo que realizó el área Social del Municipio, son pocas las familias numerosas en el lugar. Hay núcleos familiares de parejas jóvenes y en algunas casillas sólo está la madre con dos o tres hijos. No llegan a 70 personas quienes habitan el asentamiento en casillas muy precarias, hechas a base de chapas usadas, cartón prensado, maderas usadas, puntales y membranas para cobertura conocidas como silo-bolsa, también usadas.
Ninguna de las viviendas cuenta con servicio de agua potable ni baño y hasta algunas de sus paredes se levantan con materiales de nylon y algunas maderas.
La chatarra, producto de la búsqueda de recursos y elementos reciclables inunda la vista de los ranchitos. Autopartes de vehículos desguazados también adornan el paisaje. Niñas, niños, perros, gatos y gallinas le dan vida al lugar. Allí, a unos 20 metros pasa el tren carguero de cereales y oleaginosas rumbo al puerto de Rosario.
Según la arq. Romero se busca “contar con un circuito que contemple la unificación de la vía”