Oscar Alberto ‘Cachi’ Chida es un vecino carabelense, muy inquieto por cierto, que apuesta muy fuerte por su pueblo con una inversión que nace del seno familiar. En este reportaje (brindado a Rojas Ciudad) cuenta de qué se trata y describe los pormenores de esta aventura que podría haberse dado en otro lugar, en Brasil, concretamente, pero él eligió su lugar en el mundo, Carabelas.
-Nos hemos enterado que estás a la cabeza de un gran proyecto en Carabelas que está dando que hablar, contanos de qué se trata.
-Siempre tuve la inquietud de hacer algo en el pueblo, a veces se logra otras veces no, y la idea de unas casitas de hospedaje porque hablando con mucha gente que viene de Buenos Aires o de otros lugares lejos que me decía que no venía a visitar a los familiares porque no tenía lugar dónde parar, el tema es que no había comodidades habitacionales durante los fines de semana o alguna escapada para casamientos, cumpleaños y después salir a la ruta con todo lo que ellos implica; además, lo mismo para la gente de la zona que trabaja en Carabelas como ingenieros, entonces la idea era hacer una inversión para casas de hospedaje.
En un primer momento se iba a hacer en un terreno y tuve la suerte que se vendía el que está pegado a mi casa y ahí ya cuadré el sector de la manzana donde llevé a cabo todo el proyecto que es más amplio que las casas. Son 7 viviendas premoldeadas de la firma Alegretti.
Cuando miro a la esquina, me puse a pensar ‘qué hago, qué es lo que no hay en Carabelas’: no hay una cafetería, pasás a las 8 de la mañana a esperar que te atienda alguien, no hay dónde ir, salvo el gesto que tiene la Cooperativa de dejar tomar café en la maquinita. Después están los clubes, pero ese es otro tema.
Así que fijé esa idea y la estamos llevando a cabo, le vamos a dar un relativo nivel de propuesta más que lujos. Me va a acompañar en esta gestión Nadia Figueroa, quien es de Carabelas y está trabajando en Buenos Aires, fue pastelera de Maru Botana en un momento, tiene vasta experiencia en el rubro.
-Entonces es un proyecto con hospedaje y cafetería, innovador para la localidad.
-Eso no es todo. A esto se suman 4 habitaciones de hotel, todo en el mismo sector, las cuales intentaremos hacer premium, un lugar cómodo para parar y como respaldo están las 7 casas. Las mismas está provistas de termotanques solares, tratamos que sean amigables con el medioambiente, con energía alternativa y evitar los gastos excesivos.
-Estamos hablando de un gran movimiento en cuanto a la infraestructura y la mano de obra.
-Así es, hay un montón de gente trabajando, ya pasó una buena cantidad de gente que hizo lo suyo como las instalaciones eléctricas, plomería, pintura y demás, como la colocación de los termos solares. Es un gran movimiento para poner el proyecto lo mejor posible.
Como si esto fuera poco, al lado estamos haciendo una pileta climatizada para la práctica de aqua-gym, rehabilitación, para natación inicial. Me estará acompañando como directora técnica Pamela Placeres y Valentina Geijo para que se haga cargo de algunas actividades.
Todos los servicios que se brinden llevan gente trabajando como la cafetería, el mantenimiento de la pileta, la parte del hotel.
Más allá de no ser algo tan grande, esto va a dar trabajo y la posibilidad a varias personas, como así también un lugar de esparcimiento. Creo que es un lugar necesario e inédito, porque no había eso en Carabelas.
-Seguramente hay una inversión, para la época de crisis en que se vive, bastante alta.
-Así es, se me hizo difícil poder terminar, porque había pensado en un monto y estamos cerca de las dos veces y media más de lo que se proyectó. Viene la etapa de terminaciones, que debe ser una de las más caras, porque amoblar las habitaciones de siete casas es un número importante.
Nos falta la vajilla de la cafetería, la máquina de café y otras cosas que parece que no se ven pero suman.
-¿Para cuándo se estima la inauguración?
-Nadia me pidió que no ponga fecha de inauguración, porque para mí iba a estar para noviembre y noviembre pasó. Entonces estará para cuando esté. Estamos cerca. Las aberturas de la carpintería Tulio que es todo aluminio galvanizado ya están puestas y estoy muy conforme; está pintado el local por el ‘Pato’ Pienzi y Darío Guerra. Está trabajando Santiago ‘Vasco’ Uribe en electricidad, Héctor Romero fue el arquitecto junto a Ana Anderson; su hija y si yerno fueron la empresa constructora.
-Con tu servicio de transporte ‘Cachimundo Viajes’ anduviste por muchos lugares, con la posibilidad de invertir en sitios turísticos o de más habitantes lo hiciste en Carabelas, ¿qué significa eso para vos?
-Para mí es un desafío, porque soy hincha de mi pueblo, más allá de que el pueblo no te brinde lo que esperás que te brinde. Pero no importa, esto está bárbaro, estoy contento con lo que estoy haciendo. Podía haber comprado dos posadas en Isla Grande, en Brasil que ya había visto. Podía tirarme a tomar sol de la forma en que se me ocurriera ahí y vivir tranquilo de eso.
Preferí este desafío, elegí hacer eso y estoy contento. Más allá de los comentarios diarios favorables y desfavorables, Carabelas no es tan fácil, yo voy para adelante.
-Los comentarios favorables son los que te empujan.
-Sí, totalmente. Igual, los desfavorables tienen que ver con el color que elegí para pintar y de ese tipo. De doce capitales del mundo, seis cafeterías están pintadas de ese color que elegimos nosotros.
Vuelvo a decir que estoy muy contento con este emprendimiento familiar, acá no hay ayuda externa, es algo totalmente privado. Sí tengo un montón de amigos que han colaborado en llevar y traer muchas cosas. Es mucha la gente que ha trabajado y eso me pone muy contento.
-¿Cómo se llama este proyecto?
-El complejo, en general, se llama ‘Cachimundo Village’ y la cafetería se llama ‘La histórica ochava’, justamente por ser una histórica ochava donde funcionó la ‘Confitería Vieja’, que le llamábamos y que recuerdo estaban Carlitos, César y Néstor Protasoni. La viví muy de chico a esa esquina, ahí paraba el colectivo, se jugaba al billar, tenían fábrica de helados, tenían unas habitaciones tipo pensión, había un local de peluquería del ‘Flaco’ Inza. Y atrás, donde está mi casa había un stud de caballos. Estamos en un terreno histórico.
El nombre fue idea de Nadia, para rendir un homenaje al lugar.
-¿Los pocillos de café estarán grabados con el nombre de la cafetería?
-Es la idea, si da el presupuesto (risas). Yo tengo fe que esto va a andar, que es realmente necesario en Carabelas y le pongo tantas ganas y tanto empuje que tiene que salir bien.