“Es una historia muy particular, debe ser como en muchas Cooperativas. Tuvimos que aprender a ser cooperativistas porque veníamos trabajando en una empresa minera en la alta cordillera, entre 2015 y 2016 venía mal la minera y nos dejaron sin trabajo en el 2018, mucha gente quedó sin trabajo. Nos teníamos que reinventar, no sabíamos qué hacer. No cortando calles ni nada por el estilo sino haciéndonos conocer. Más de 300 personas quedaron sin trabajo”, comentó el presidente de la Cooperativa de Trabajo La Esperanza Ltda., Fabio Ibaceta.
El proceso de conformación de la Cooperativa La Esperanza fue un trayecto que duró años, varios viajes y capacitación constante: “Con un permiso, pude viajar a la ciudad capital y realizar los trámites correspondientes en el Ministerio de Desarrollo Humano. Tuvimos la posibilidad de que nos dijeran ‘pueden armar una Cooperativa’, y desde ahí empezamos a armarla. Nos sugirieron armar una con 10 personas y que desde ahí se nos abra mucho más el panorama. Tuvimos idas y vueltas, nos salió la matrícula en plena pandemia del año 2020 y empezamos a realizar todo tipo de trabajos como carpintería artesanal. Tuvimos que aprender varios oficios como carpintería, albañilería, luz, etc.”.
Como muchos trabajadores a lo largo y ancho del país, el reclamo es el mismo. No quieren que las ayudas les caigan del cielo, sino que les brinden herramientas para poder seguir llevando la comida a la mesa de cada una de sus familias: “En los buenos momentos tuvimos entre 25 y 30 personas comiendo de nuestra Cooperativa, entre todos porque es una familia: los transportistas, quienes trabajan etc. No es constante y se sufre un montón en este tiempo de parates en junio y julio, y recién arrancan en agosto y septiembre. La verdad es que a nosotros nos cuesta un montón mantenernos, estar y perseverar. Tenemos que empezar a bajar contratos, a dejar gente sin trabajo por un tiempo. Es difícil y más cuando no todos los gobiernos apoyan esto. Nosotros no pedimos que nos regalen nada, solo que nos ayuden a salir de adelante y poder ser una rueda de auxilio para el gobierno. Este tiempo nos cuesta un montón y creo que a muchas Cooperativas le debe estar pasando lo mismo”.
“Nosotros nos asociamos con otras Cooperativas de la provincia de San Juan, de distintos departamentos y formamos una federación que todavía no nos llega la matrícula. Es como dicen: la unión hace la fuerza. Hay muchas cosas por hacer en nuestro departamento y está virgen de hacerlas. Queremos conformar una Cooperativa textil donde la mujer también tenga la posibilidad de trabajo. También en el tema de la agricultura, tenemos muchas fincas que no se pueden utilizar o no tienen los recursos. Nos hace mucha falta que vengan y que inviertan o que le den la posibilidad a la gente que tiene muchas ganas de trabajar”, concluyó.