Chivilcoy, (Buenos Aires), 25 de agosto de 2020 – El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), es un organismo descentralizado, dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, encargado de ejecutar las políticas nacionales en materia de sanidad y calidad animal y vegetal e inocuidad de los alimentos.
Además tiene entre sus objetivos normar, ejecutar, fiscalizar y certificar procesos y acciones en el marco de programas de sanidad animal y vegetal e inocuidad, higiene y calidad de los agroalimentos, dando respuesta a las demandas y exigencias tanto nacionales como internacionales.
Su estructura está organizada en 14 Centros Regionales distribuidos a lo largo de todo el país, siendo el Centro Regional Buenos Aires Norte, con sede en la localidad bonaerense de Chivilcoy, uno de ellos.
El centro regional, tiene bajo su jurisdicción un total de 63 municipios (como se muestra en el mapa que ilustra esta nota) y está integrado por tres áreas técnicas específicas de competencia: las coordinaciones regionales de Protección Vegetal, de Sanidad Animal y de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria.
Dentro de este mapa organizacional, la Coordinación de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, a cargo del médico veterinario, Gabriel Pedretti, es la encargada de inspeccionar y controlar el proceso de producción de alimentos, en cada una de sus etapas de elaboración, en las plantas frigoríficas ubicadas en el centro y norte bonaerense.
Esta coordinación tiene bajo su responsabilidad el control de 83 frigoríficos, entre establecimientos ciclo I, II y III, es decir, frigoríficos de faena (de bovinos, aves, porcinos), depósitos y cámaras de frio, respectivamente, además de establecimientos lácteos, apícolas, empaques y 225 plantas elaboradoras de alimentos para animales.
En cada uno de estos frigoríficos, el jefe de servicio (agente del Senasa con funciones dentro de la planta) es el encargado de fiscalizar el cumplimiento normativo por especie animal y tipo de producción, desde que el animal ingresa al establecimiento y transita por las distintas etapas productivas, hasta ser transformado en alimento.
Este alimento tiene como destino por un lado el mercado interno, abasteciendo día a día, la mesa de todos los argentinos y por el otro, los mercados internacionales.
Es así que, en las inspecciones son determinantes los procedimientos oficiales destinados a registrar los procesos de control y verificación de operaciones, vinculados a: los procedimientos de limpieza estandarizados, las buenas prácticas de manufactura, el plan de análisis de peligros y puntos críticos de control, llevados a cabo en las distintas etapas de elaboración de alimentos.
Estas acciones de monitoreo y control se realizan de acuerdo a un cronograma de visitas establecido previamente e involucra a cada uno de los eslabones que integran la cadena de producción de alimentos cárnicos, teniendo por finalidad asegurar la elaboración de productos sanos, inocuos y seguros, resguardando la salud de los consumidores argentinos y del mundo.