El estado actual de nuestro basural a cielo abierto implica uno de los riesgos ambientales y sanitarios más urgentes en Rojas, situación oculta u olvidada por la actual gestión municipal y que, como contracara, cobra visibilidad por el reclamo de ciudadanas y ciudadanos que advierten con preocupación la gravedad del asunto.
No es una novedad ni una exclusividad local que sean mayoritariamente jóvenes quienes empujen la agenda ambiental, en este sentido, siento la obligación de traer este asunto a debate, dando la importancia que merece.
Pese a que varias de las ciudades vecinas avanzaron en una política ambiental seriamente planificada, con plazos razonables y objetivos claros, no es el caso de Rojas hoy en día.
Sin entrar en mayores detalles técnicos, durante la gestión Caso se logró la construcción (con la colaboración en ese momento del Estado Nacional) de una planta de separación de residuos sólidos, compuesta por una nave industrial de importantes dimensiones en un predio municipal cercano al basural, la maquinaria correspondiente, y un playón exterior con tolva de hormigón para que los camiones puedan volcar su carga. Todo esto tuvo como objetivo la construcción de un Complejo Sociambiental para el tratamiento diferenciado y eficiente de los residuos y brindar una solución a un problema de múltiples aristas, donde se conjugan profundas inequidades sociales, riesgos ambientales y sanitarios.
Hubiera sido muy valioso que el Intendente continuara con este lineamiento de trabajo, ya que en 2016 se acordó con el Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable (OPDS) un proyecto para continuar este camino. Lamentablemente para todxs lxs rojenses, el proyecto fue dejado de lado por “falta de presupuesto” y la planta recicladora fue abandonada, demostrando que el medio ambiente no es una prioridad de gobierno.
La actual gestión municipal sí pudo concretar la compra de una topadora compactadora nueva para el basural, la cual en poco tiempo pudo ordenar y reducir el riesgo de incendios que nos afectan año tras año. Pero luego de un tiempo de funcionar se habría roto y nunca habría sido reparada. En este momento no se encuentra en el basural.
Puesto que queda claro que la gestión vigente no esboza esfuerzo alguno para cambiar la situación sanitaria actual, es necesario para el futuro de nuestra comunidad, contar con dirigentes que asuman con responsabilidad políticas ambientales estrictas y duraderas.